LOS HIJOS DE
SILICON VALLEY SIN
COMPUTADORAS.
No hay computadoras ni
televisores, los niños aprenden a tejer, a coser.
Los hijos de los
empleados de google, apple y otras empresas con tecnología de punta en
computación seleccionan una escuela particular sin tecnologías para que sus
hijos estudien desconectados. Pues
ellos cuestionan la acelerada preocupación de las instituciones por digitalizar a los
chicos cada vez en edades más tempranas consideran que la computadora no es más
que una herramienta y que esta perturba el aprendizaje disminuyendo las
experiencias físicas y emocionales.
Laurent es indagado y le
preguntan si no le preocupa que sus hijos estén en desventaja sobre el uso de
la PC, el responde, recuerda que todos los niños que estudian allí tienen
computadoras en sus casas, además no sabemos cómo será el mundo dentro de
quince años para entonces los equipos habrán cambiado muchas veces y su uso
cada vez será de más fácil manejo, el asunto principal radica en saber cuándo o
en qué momento de sus vidas necesitan utilizarlas, pero con mucha madurez y
responsabilidad
Eso será muy fácil si realmente han desarrollado sus
destrezas y habilidades y se han educado para la vida.
Menos FACE y
más BOOK
Asombrado. Reconozco que he quedado
aturdido al comprobar el número de entradas que devuelve Google al buscar
"menos FACE y más BOOK", incluyendo las ilustraciones que
aparecen en la página de búsqueda de imágenes.
A pesar de estar inmersos en un ecosistema
digital basado en redes sociales, que se ha venido a llamar Web 2.0, se
atisba una cierta reacción que pone bajo sospecha este nuevo modo de acceso a
la información que inducen las redes sociales, que lejos de ser exclusivo de
alternativos y snobs, se ha hecho cultura.
Según Wikipedia, la nomofobia es el miedo irracional a salir de
casa sin el teléfono móvil. El término, que es una abreviatura de la
expresión inglesa "no-mobile-phone phobia", y fue
acuñado durante un estudio realizado por la Oficina de Correos del Reino Unido
encargado al instituto demoscópico YouGov para estimar la ansiedad que sufren
los usuarios de teléfonos móviles.
Los datos del estudio
El estudio se llevó a cabo en Reino Unido en 2011 y contó con
una muestra de 2.163 personas, revelando que casi el 53% de los usuarios de
teléfonos móviles en el Reino Unido siente ansiedad cuando "pierden su
teléfono móvil, se les agota la batería o el crédito, o no tienen cobertura de
red".
De acuerdo con el estudio, alrededor del 58% de hombres y el 48% de mujeres
sufre de la fobia, y un 9% adicional se siente estresado cuando sus móviles
están apagados.
La investigación también ha demostrado que
los niveles de estrés de una persona con nomofobia son equiparables con los que
se tienen el día antes de la boda o de la visita al dentista.
Respecto de las razones para que la ansiedad se manifestase, el 55% afirmó que
era por el hecho de estar "aislado" de las posibles llamadas o
mensajes de familiares y amigos, mientras que un escaso 10% afirmó que la causa
era su trabajo, ya que le exigía estar conectado permanentemente.
Fobias producidas por
carencias tecnológicas
De manera análoga, podríamos definir una "noFacefobia"
o una "noTweetfobia".
Nos hemos acostumbrado -especialmente los más jóvenes- a sustituir las
conversaciones por "Retweet", los asentimientos por "Me
Gusta", los contenidos informativos por hipervínculos, etc. De hecho,
apenas leemos lo que recibimos, incluso aunque nos guste su potencial
contenido. Como mucho, leemos titulares y ni siquiera todos. Valoramos el
contenido, que ignoramos, por la ocurrencia de quien lo tituló.
Todo esto genera un estado de ansiedad que puede provocar fobias. Porque lo
importante ya no es tanto qué me cuentan las redes sociales (el contenido,
objetivo del usuario), sino la relación de comunicación en sí (el medio,
objetivo del proveedor tecnológico): nuestro
interés queda desplazado por el del proveedor de la red social, es decir,
se intuye una cierta falta de libertad en beneficio de otro tanto de
colectivización.
Es como si se hubieran sustituido las personas por individuos y las relaciones
personales por meros impactos informativos.
Por ello, y sin despreciar en absoluto la nueva tecnología, hay quien considera
que estos elementos, llevados al extremo constituyen unos fuertes distractores
de la atención y pueden relajar la capacidad de esfuerzo para realizar tareas
concretas, ya que este queda repartido en la pura gestión de tareas (tasks
dispatcher).
No importa tanto lo que hagas como el hecho de hacer en sí mismo. Todo un
voluntarismo. No es un buen camino.
Y, entonces, ¿qué
hacemos?
El tema del
post es autoexplicativo; más leer y menos redes sociales, es decir, menos
toques y más profundidad: ¡Guerra
a la superficialidad!
A los que aún disfrutamos del placer de leer un libro en papel, esto se nos
hace evidente. Aunque la lectura en papel sea ahora considerada tan
antiecológica. Insisto, es un placer.
Pero, no es necesaria la lectura en papel: la batalla no se presenta contra los
medios técnicos sino en el hábito de inconstancia generado por el picoteo de la
Web 2.0: lo importante -a mi juicio- es el hábito de lectura y que éste invite
a la reflexión.
Por eso el lema de la imagen que me hizo pensar me parece genial.
Lea, salga de pobre: menos face y más book.