lunes, 30 de junio de 2014

LECTURAS








LOS  HIJOS    DE  SILICON   VALLEY   SIN  COMPUTADORAS.





No hay computadoras ni televisores, los niños aprenden  a  tejer, a coser.

Los hijos de los empleados de google, apple y otras empresas con tecnología de punta en computación seleccionan una escuela particular sin tecnologías para que sus hijos  estudien  desconectados.  Pues  ellos cuestionan la acelerada preocupación de  las instituciones por digitalizar a los chicos cada vez en edades más tempranas consideran que la computadora no es más que una herramienta y que esta perturba el aprendizaje disminuyendo las experiencias  físicas y emocionales.
Laurent es indagado y le preguntan si no le preocupa que sus hijos estén en desventaja sobre el uso de la PC, el responde, recuerda que todos los niños que estudian allí tienen computadoras en sus casas, además no sabemos cómo será el mundo dentro de quince años para entonces los equipos habrán cambiado muchas veces y su uso cada vez será de más fácil manejo, el asunto principal radica en saber cuándo o en qué momento de sus vidas necesitan utilizarlas, pero con mucha madurez y responsabilidad
Eso será muy fácil si realmente han desarrollado sus destrezas y habilidades y se han educado para la vida.




Menos FACE y más BOOK




Asombrado. Reconozco que he quedado aturdido al comprobar el número de entradas que devuelve Google al buscar "menos FACE y más BOOK", incluyendo las ilustraciones que aparecen en la página de búsqueda de imágenes.
A pesar de estar inmersos en un ecosistema digital basado en redes sociales, que se ha venido a llamar Web 2.0, se atisba una cierta reacción que pone bajo sospecha este nuevo modo de acceso a la información que inducen las redes sociales, que lejos de ser exclusivo de alternativos y snobs, se ha hecho cultura.


Según Wikipedia, la nomofobia es el miedo irracional a salir de casa sin el teléfono móvil. El término, que es una abreviatura de la expresión inglesa "no-mobile-phone phobia", y fue acuñado durante un estudio realizado por la Oficina de Correos del Reino Unido encargado al instituto demoscópico YouGov para estimar la ansiedad que sufren los usuarios de teléfonos móviles.

Los datos del estudio


El estudio se llevó a cabo en Reino Unido en 2011 y contó con una muestra de 2.163 personas, revelando que casi el 53% de los usuarios de teléfonos móviles en el Reino Unido siente ansiedad cuando "pierden su teléfono móvil, se les agota la batería o el crédito, o no tienen cobertura de red".

De acuerdo con el estudio, alrededor del 58% de hombres y el 48% de mujeres sufre de la fobia, y un 9% adicional se siente estresado cuando sus móviles están apagados.
La investigación también ha demostrado que los niveles de estrés de una persona con nomofobia son equiparables con los que se tienen el día antes de la boda o de la visita al dentista.

Respecto de las razones para que la ansiedad se manifestase, el 55% afirmó que era por el hecho de estar "aislado" de las posibles llamadas o mensajes de familiares y amigos, mientras que un escaso 10% afirmó que la causa era su trabajo, ya que le exigía estar conectado permanentemente.

Fobias producidas por carencias tecnológicas

De manera análoga, podríamos definir una "noFacefobia" o una "noTweetfobia".

Nos hemos acostumbrado -especialmente los más jóvenes- a sustituir las conversaciones por "Retweet", los asentimientos por "Me Gusta", los contenidos informativos por hipervínculos, etc. De hecho, apenas leemos lo que recibimos, incluso aunque nos guste su potencial contenido. Como mucho, leemos titulares y ni siquiera todos. Valoramos el contenido, que ignoramos, por la ocurrencia de quien lo tituló.
Todo esto genera un estado de ansiedad que puede provocar fobias. Porque lo importante ya no es tanto qué me cuentan las redes sociales (el contenido, objetivo del usuario), sino la relación de comunicación en sí (el medio, objetivo del proveedor tecnológico): nuestro interés queda desplazado por el del proveedor de la red social, es decir, se intuye una cierta falta de libertad en beneficio de otro tanto de colectivización.
Es como si se hubieran sustituido las personas por individuos y las relaciones personales por meros impactos  informativos.
Por ello, y sin despreciar en absoluto la nueva tecnología, hay quien considera que estos elementos, llevados al extremo constituyen unos fuertes distractores de la atención y pueden relajar la capacidad de esfuerzo para realizar tareas concretas, ya que este queda repartido en la pura gestión de tareas (tasks dispatcher).
No importa tanto lo que hagas como el hecho de hacer en sí mismo. Todo un voluntarismo. No es un buen camino.

   

Y, entonces, ¿qué hacemos?

El tema del post es autoexplicativo; más leer y menos redes sociales, es decir, menos toques y más profundidad: ¡Guerra a la superficialidad!
A los que aún disfrutamos del placer de leer un libro en papel, esto se nos hace evidente. Aunque la lectura en papel sea ahora considerada tan antiecológica. Insisto, es un placer.

Pero, no es necesaria la lectura en papel: la batalla no se presenta contra los medios técnicos sino en el hábito de inconstancia generado por el picoteo de la Web 2.0: lo importante -a mi juicio- es el hábito de lectura y que éste invite a la reflexión.

Por eso el lema de la imagen que me hizo pensar me parece genial.


Lea, salga de pobre: menos face y más book.

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